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Desde tiempos de la Colonia el nordeste de Antioquia fue conocido por su próspera economía basada en la minería de oro que hizo de poblaciones como Remedios, Zaragoza y Segovia algunas de las más ricas de la región. Para honrar esta tradición, que ha forjado en gran medida la identidad regional, se celebran anualmente en el municipio de Segovia las Fiestas del Oro y la Minería, normalmente durante la tercera semana de julio.
Durante el fin de semana se realizan actividades típicas que celebran la vocación minera del pueblo como la típica carrera de catangueros (trabajador que se encarga de sacar un bulto del producto de una mina en la espalda) en la que trabajadores de las empresas mineras compiten por llegar primero a la meta cargando un pesado bulto.
También se llevan a cabo competencias deportivas como torneos de fútbol y baloncesto y el Reinado del Oro y la Minería.
El momento cúlmen de estas fiestas llega con el icónico Carnaval de la Gigantona, un multitudinario desfile en el que los segovianos transportan una muñeca de aproximadamente tres metros de altura mientras se arrojan maicena, moresco (un refresco concentrado de frutos rojos) y espuma carnavalera.
El Carnaval de la Gigantona también sirve para recordar y homenajear a las víctimas de los muchos episodios de violencia vividos en Segovia en el marco del conflicto armado, dando a la muñeca el nombre de una víctima diferente cada año.
Las Fiestas del Oro y la Minería en Segovia no solo celebran la herencia minera, sino que también fortalecen el sentido de comunidad y sirven como dispositivo de memoria histórica, consolidándose como un evento crucial para la identidad de la región.
